La Constitución de la Republica de Honduras nos dice que todos los hondureños tenemos derechos a la salud y el estado garantiza el mismo, ¿pero qué tan cierto es en la práctica este enunciado?
El Estado solo tiene empleados a menos de 2,500 galenos que atienden en los hospitales públicos, centros de salud del país, mismos que devengan gracias a un inconstitucional “Estatuto Medico de Honduras” grandes cantidades de dinero por jornadas de que en el papel no son mayores de cuatro horas y en la práctica son una o dos
Inspirados no en el juramento hipocrático que prestaron al ser envestidos al finalizar sus estudios de medicina, sino en cuestiones materiales como: carros de lujo, casas de campo, viajes de placer y demás cosas superfluas; los doctores han perdido el lazo con el pueblo que pago su educación
Y ahora fuera de los privilegios y canonjías que gozan vemos como a algunos de ellos les ha picado el “gusanito” de la política y notamos como hay alcaldes, diputados, regidores, ministros y funcionarios, cobijados bajo un sistema político obsoleto
Esto les ayuda a un pequeño grupo a copar las cátedras universitarias, los mejores turnos, becas, prestamos para realizar estudios que posteriormente vía decreto ley del Congreso Nacional de la Republica le son condonados, como que si el resto de la población tiene derecho a esto.
Pero, a pesar de todas estas prebendas que tienen, no les importa dejar abandonadas las emergencias de los hospitales públicos por atender sus clientes privados o por la solicitud de mejores sueldos que esquilman las exiguas arcas del estado
Pero hay otro grupo de médicos que no goza de estos beneficios y también son parte del ostracismo que ha sido condenado el pueblo hondureño, estos deben conformarse con salarios bajos que pagan las farmacias, gimnasios y clínicas privadas.
Si colocamos en una balanza las actuaciones de esta casta privilegiada de Honduras, el resultado será que están en deuda con un pueblo enfermo y empobrecido. Y que perdieron la nobleza y humanismo de la profesión y la cambiaron desmedidos y mezquinos intereses que están alejados de la realidad nacional.
Y si a esto le sumamos la quiebra en la que está el IHSS, la deficiencia de nuestros hospitales públicos y la falta de centros de atención médica en infinidad de locaciones hondureñas, solo puede haber un resultado: un pueblo en el abandono, viendo la espalda de quienes están muy ocupados amasando dinero como para cerrar las heridas que llevan decadas desangrándose.
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